En Calcuta suceden incontables milagros cada día…
Hay personas que se salvan de morir solas por las calles, millones de personas encuentran algo que llevarse a la boca, personas que no tienen nada, encuentran motivos para sonreírte cuando pasas por su lado, los niños (incluso aquellos que no tienen infancia) siguen jugando y pasándolo bien como solo los niños saben hacerlo…
Calcuta es la ciudad de los Milagros. Una ciudad caótica, ruidosa, solitaria, sucia, maloliente… Y sin embargo es la ciudad de la alegría.
Quizá tiene ese nombre porque de aquí, si se tiene la valentía de bucear en la realidad de esta ciudad y de su gente, uno siempre se va con una felicidad inexplicable. Una felicidad que viene de fuera y que nace en lo más profundo del corazón… Una felicidad que no tiene correspondencia en nuestro vocabulario, pero que todo el que pasa por aquí conoce bien.